Matrimonio Lavanda, entre el romanticismo y la conveniencia

 



En la actualidad, muchos de los paradigmas que se han dado por sentados durante las últimas décadas —y recalco: décadas, no siglos ni toda la vida— nos han llevado a pensar que ciertas actitudes y conductas son "normales". Sin embargo, casi nunca nos detenemos a cuestionar qué significa realmente “normal”: ¿en qué sentido?, ¿en qué contexto?, ¿y qué tan amplio o limitado es ese concepto?

Aspectos como la actitud frente al trabajo, la moda, las preferencias personales, la religión, la política, las relaciones de pareja o el matrimonio, entre otros, han sido moldeados por esos supuestos de normalidad.

Hoy en día, está comenzando a difundirse, aunque lentamente, una nueva actitud, especialmente entre los jóvenes pertenecientes a la llamada generación Z. Su visión sobre el trabajo, los compromisos (o la falta de ellos), y sus aspiraciones, difiere significativamente de la de generaciones anteriores. Para muchos de ellos, el bienestar personal y emocional tiene más peso que logros tradicionalmente valorados, como el ascenso profesional o la aceptación de compromisos de largo plazo.

Esta generación prioriza sus emociones, su comodidad y su salud mental por encima de los logros materiales. Sin embargo, esto no significa desinterés o irresponsabilidad; al contrario, valoran profundamente la independencia y están dispuestos a asumir compromisos, siempre que estos estén alineados con principios como la sostenibilidad, el respeto por los seres sintientes, y la responsabilidad social.

Otro tema relevante es la relación de pareja. Muchos aún damos por hecho que el matrimonio es un vínculo basado en el amor, la fidelidad, y destinado a durar toda la vida, cimentado sobre la confianza como pilar fundamental. Pero rara vez nos cuestionamos si esto ha sido así siempre, en todas partes y para todas las culturas. Cuando nos adentramos en este análisis, descubrimos que el matrimonio romántico es, en realidad, una construcción bastante reciente y culturalmente específica. En muchas comunidades alrededor del mundo, el matrimonio por amor ha sido la excepción, no la norma. Su aparición como ideal global tiene mucho que ver con el cine de Hollywood y su narrativa romántica, no con una verdad universal e histórica.

Es importante aclarar: no se niega la existencia del amor de pareja, sino que se destaca que el modelo de matrimonio basado en el amor romántico es una invención relativamente nueva. A lo largo de la historia, el matrimonio ha existido con fundamentos muy distintos: compromisos religiosos, alianzas sociales, acuerdos políticos o económicos.

Dicho esto, no es de extrañar que esté resurgiendo el interés por lo que se conoce como “matrimonio lavanda”. Este tipo de unión —aunque no es nuevo— se refiere a matrimonios por conveniencia. En los siglos XIX y XX, uno de sus principales fines era ocultar las preferencias sexuales de alguno de los cónyuges, para preservar las apariencias sociales.

Lo novedoso es que la generación Z ha retomado este concepto y lo ha adaptado a la realidad contemporánea. Sigue siendo un matrimonio por conveniencia, pero ya no con fines de ocultamiento, sino replanteado de forma pragmática. En este nuevo modelo, los sentimientos románticos o la atracción pueden estar presentes, pero no son el factor primordial. Lo esencial son los objetivos compartidos, el apoyo mutuo, el respeto, y el logro de metas económicas o personales que serían difíciles de alcanzar en solitario.

En este contexto, el “matrimonio lavanda” moderno se asemeja más al concepto tradicional de matrimonio por conveniencia que ha prevalecido a lo largo de los siglos.

Hoy, esta estructura parece más deseable, estable y balanceada, ya que permite a los individuos avanzar sin la carga de expectativas poco realistas, como mantener viva la pasión o el interés de la pareja basándose únicamente en sentimientos. Algo que, en la práctica, suele ser insostenible después de los primeros años.

En los matrimonios lavanda, lo importante no es la idealización romántica, sino metas claras, precisas, medibles y cuantificables, lo cual otorga una solidez que el matrimonio romántico, muchas veces, no puede ofrecer.

Decidir si esta estructura adaptada a los tiempos modernos es mejor o peor aún es debatible, ya que lleva poco tiempo visible en el panorama social. Sin embargo, tiene el mérito de desmontar expectativas poco realistas y ofrecer una visión más práctica, alineada con modelos históricos más diversos y con una cobertura cultural más amplia y prometedora.

Comentarios

  1. El matrimonio o la convivencia entre una pareja ha roto varios esquemas en la actualidad, sin embargo en algunos casos se ha llevado al límite de pasar del romanticismo y el sentimiento a la conveniencia y se asemeja no a una pareja si no a un "roomie"

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