La profesión no hace al profesional.



En la actualidad, es cada vez más común observar que los jóvenes recién egresados de distintas instituciones académicas se sienten desorientados y, por qué no decirlo, defraudados. El sistema no les ofrece una respuesta clara sobre qué hacer con su vida después de la graduación. Muchos asumían que al convertirse en profesionales tendrían un empleo y medios de sustento dignos al día siguiente, como una recompensa por el largo esfuerzo y sacrificio invertidos en obtener un título. Sin embargo, al final del camino se encuentran con las manos vacías y con posibilidades de empleo que parecen cada vez más distantes, sumiendo a estos jóvenes esperanzados en una crisis existencial inmensa.

En respuesta a esta situación, algunos recurren a diferentes cursos, especializaciones y diplomados con la esperanza de que esto, por sí solo, los pondrá en mejores condiciones para competir en el mercado laboral. Sin embargo, en la mayoría de los casos, esto termina en una gran desilusión o, en su defecto, se convierten en lo que ahora se denomina "especialistas en especializarse". O simplemente se acomodan en su zona de confort, manteniéndose "ocupados" en prepararse para la vida laboral sin enfrentar el reto definitivo. Esto crea una pantalla que los aísla de la cruda realidad que nos presentan: "uno estudia para labrarse un futuro". En mi opinión, no se puede pasar todo el futuro labrándose un trabajo.

El tema de los diplomados y especializaciones debe abordarse con precaución, ya que existe el riesgo de terminar, como decía un amigo, "con un mar de conocimientos pero una profundidad de apenas un centímetro". Esta abundancia de títulos sin sustancia puede jugar en contra del egresado, creando un fenómeno conocido como "sobreperfilado". Las empresas no suelen contratar a personas con muchos títulos porque el salario que ofrecen no justifica tener a alguien con tantos títulos pero sin experiencia.

No hay una respuesta única a la pregunta "¿qué hacer después de graduarme?". Solo unos pocos tienen su futuro resuelto antes de matricularse. El resto debe labrarse un camino por sí mismos, y tener muy claro que la titulación es solo un paso en una carrera larga y constante.

La frustración surge porque los recién egresados piensan que han terminado la "carrera", cuando en realidad la verdadera carrera apenas comienza, la carrera que realmente importa, la de la vida real. Los estudios son como el entrenamiento en los deportes, una preparación para lo que viene, pero "el partido está por jugarse". Muchos de los casos de angustia que conozco provienen de una mala interpretación del orden de las cosas y de la idea errónea de que tener un título profesional automáticamente te convierte en un buen profesional. Esto último solo se logra con el tiempo, a través de errores, angustias, fracasos y sinsabores. Es como el carbón que se somete al maltrato y la presión para convertirse en un bello diamante; en este caso, en un buen profesional.

El secreto está en no desesperarse, ya que la desesperación conduce a errores y nos impide ver las oportunidades que se nos presentan. En la actualidad, hay muchos recursos en un mundo globalizado inundado de oportunidades de todo tipo. Pero para aprovecharlas, debemos ampliar nuestro horizonte más allá de nuestra zona de confort y buscar oportunidades en lugares insospechados. Debemos ver el tiempo disponible no como un tiempo perdido en la inactividad, sino como una oportunidad para buscar nuevas oportunidades y conocimientos a través de la tecnología.

Aunque no se trata de una receta para conseguir empleo, hay algunos consejos que pueden ayudar a recomponer la autoestima y afrontar mejor la situación de desempleo posuniversitario:

  1. Aprende un nuevo idioma o familiarízate con él a través de cursos básicos en internet. No tiene que ser solo inglés; explorar otros idiomas puede abrirte nuevas puertas y culturas.
  2. Mantén cerca un grupo de amigos de diferentes áreas del conocimiento. La diversidad de opiniones y experiencias enriquece tu visión del mundo.
  3. Asiste a talleres, cursos y conversatorios que encuentres disponibles. Hay muchas oportunidades de aprendizaje en diferentes ámbitos que pueden ser útiles en tu carrera profesional.
  4. Escribe sobre temas que te interesen en un blog, página de opinión o foro. Compartir tus ideas y conocimientos puede generar nuevas oportunidades y conexiones.
  5. Participa activamente en foros y webinars de tu profesión. Mantente actualizado y conectado con otros profesionales del área.
  6. Ten en cuenta la etiqueta y la presentación en entrevistas y comunicaciones por internet. Pequeños detalles pueden marcar la diferencia en cómo te perciben los empleadores.
  7. Explora oportunidades en diferentes áreas y no te limites a lo conocido. A veces, las mejores oportunidades están fuera de nuestra zona de confort.
  8. No descartes ninguna oportunidad de trabajo, incluso si no es exactamente lo que buscas. Cada experiencia te enseñará algo nuevo y te acercará a tus metas profesionales.

En resumen, ofrecer algo distinto y destacar en detalles como la etiqueta, la presentación y el buen gusto puede marcar la diferencia en tu búsqueda de empleo. Aprovecha las oportunidades que se presentan y mantén una actitud positiva y proactiva ante los desafíos que se te presenten.

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